En mi tablet no caben ni mis propias aplicaciones por el sinsentido de que uno no puede borrar las que ya trae instaladas de fábrica pero que uno ni quiere, ni pidió, ni necesita. Esas, las que sólo hacen bulto en la pantalla… Si, claro, puedo optar por no verlas en pantalla pero me gusta el masoquismo de recordar hasta qué punto nos controla el mercado.
Y ahora descubro la tristísima noticia de que el Ipod Classic ha muerto y los otros modelos deben estar contagiados de Ébola porque van camino a la funeraria. Ni en el Ipod de mayor capacidad cabe toda mi música… qué va a caber en las tablets!!!
Y no, no me gustan las nubes! Me gustan los cielos despejados en que yo soy la dueña y señora y única administradora de mi data.
Estoy de duelo!!! Déjenme si estoy llorando, ni un consuelo estoy buscando, quiero estar solo con mi dolor. Si me ves que a solas voy llorando, es que estoy de pronto recordando a un Ipod Classic que no consigo ya comprar…