La Autoridad del Canal de Panamá, luego de dos semanas de inercia dudosa, finalmente aprobó por presión social, el teletrabajo para sus colaboradores. Le llovieron solicitudes ¡y se desbordaron!; no por falta de trabajo, sino por su pesada burocracia con directrices inflexibles y falta de confianza en sus colaboradores, creyendo que abusarían del sistema, en vez de confiar en que se demostrarían doblemente productivos, como siempre.
La opción de teletrabajo murió al día siguiente de ser instituida… Ahora solo aplica a algunos. Se sabía desde ayer en la mañana que la estrategia estaba montada y se corrió la voz. Apenas el presidente Cortizo anunció la cuarentena total, la ACP encontró el momento.
Primero clasificaron a los colaboradores en categorías: críticos y no críticos. Luego anunciaron vacaciones OBLIGATORIAS a todo el personal no crítico, incluyendo a quienes ya habían sido aprobados para teletrabajo, quitándoles la posibilidad de ahorrar esas horas para cuando no fuese viable otra opción. Algo así como decidir que a los mayores, los inservibles, los no indispensables, les quiten la mascarilla para dársela, ¿adivinen a quiénes?
A los «CRÍTICOS» para que ellos si puedan hacer teletrabajo desde casa… pero, ¿quiénes son los CRÍTICOS? Si el teletrabajo no es una opción viable para los realmente críticos como pilotos, pasacables ni demás personal que sí es vital y que requiere estar en sitio o utilizar sistemas de pagos, planillas y demás. Entonces, ¿quiénes quedan? Puedo imaginar que esos están allá arriba en las altas esferas de mando.
En este momento de ahorro vital, obligar a los colaboradores con capacidad real de contribución a agotar su banco de reserva, es discriminación y abuso de poder si los que continúan bajo esta opción, léase críticos de escritorio, son los jefes (supervisores, gerentes, vicepresidentes, ¿Administrador?).
Estamos de acuerdo, el teletrabajo no es opción para todos. Pero, ¿por qué eliminarlo para quienes si tienen proyectos que adelantar? ¿Por qué sacrificar la productividad de dos semanas y obligar a estos colaboradores a dejar de aportar? Especialmente cuando en estos momentos una mente enfocada es salud mental. ¡Reconsideren!