Esta imagen acompañaba una poesía en otro sitio pero, al verla, no pude evitar preguntarme ¿por qué será que, a pesar de tener suficiente, siempre anhelamos y hasta nos entristece lo pendiente o inalcanzable en vez de sentirnos felizmente cubiertos por el manto de todo lo bueno y satisfactorio con que contamos?
¿Por qué pesa más la carencia que la bendición en nuestros corazones?